24 febrero, 2013

Equipo asesor.


Lugar: Sala de reuniones. Importadora de Alimentos Inc.
Fecha: diciembre de 2019.

En los jarrones de porcelana que flanquean los accesos al escenario, pujan apretujados lirios y en cada luneta espera, impaciente y desnuda, una rosa. El olor a begonia me recuerda el corredor de una casona pintada de blanco y habitada por una estirpe de locos. El azul celeste de las paredes me produce una agradable sensación de paz y de sosiego. Han colgado una gran bandera como telón de fondo, para darle a la ocasión el valor que se merece.

El día que se jubiló Jaramillo; por muchos años, director de la fábrica de combinadas cañeras de Holguín, en un improvisado acto le obsequiaron tres diplomas impresos a la carrera y repletos de errores ortográficos. Afortunadamente pudo aprovechar los cuadros donde le encasquetaron aquellas afrentas y colocó en ellos viejas fotos donde posaba sonriente junto a antiguos dirigentes, que a lo largo de varios años visitaron aquella fábrica. 
Combinada cañera KTP.

Hoy se retiran aquí cinco trabajadores. Dos de ellos formarán parte del equipo asesor del director. El aparato consultivo sólo puede estar integrado por jubilados de reconocida experiencia, pero como ésta posee un incalculable valor; los consejeros recibirán honorarios por aportar sus ideas. Esto no es una botella como aquellas que pulularon en las instituciones públicas hace ya más de cien años; esta idea se generalizó hace apenas tres años.

Cuando el director de la corporación necesite la ayuda del equipo asesor, se reunirá con ellos y les soltará el pajarito para que los venerables ancianos construyan la jaula. En el proceso de selección de los asesores no hay burocracia ni tráfico de influencias; esa es una facultad exclusiva del director y él los selecciona personalmente. A fin de cuentas, es quien responde ante la junta de accionistas. Aunque el gobierno se autodefine como laico, percibo cierto tufillo religioso en todo esto, porque sólo pueden ser doce los asesores, como los Apóstoles; sólo que estos ancianos no llevan nimbos sobre sus cabezas, ni van por el mundo predicando el Evangelio. Ellos aportan el mayor tesoro que poseen a esta altura de sus vidas: su experiencia.

Ángel Cuba es uno de los sujetos que se jubilan hoy y formará parte del equipo asesor.  Siempre ha padecido de una extraña dolencia: el mal de los honestos; de los que dicen lo que piensan, aún a costa de buscarse enemigos. 

Acérquense. Esto que les diré, debo hacerlo en voz baja porque me puedo ganar una reprimenda. ¿Se han percatado ustedes cómo hablan los cubanos? No se cansan nunca. Conversan sobre cualquier tema y opinan sobre todo; de lo divino y de lo terrenal. No tengo dudas de que padecen de verborrea perenne. Hablan más que la vieja cotorra de Francis Drake; el famoso corsario inglés que todos conocemos y que según le escuché decir un día a mi amigo El Gabo durante una pesquería por el golfo de Urabá, causó tremendo estrago por las vueltas de Riohacha.

Los siento; después continuamos charlando. Es que ha comenzado a llegar público a la sala y debo realizar mi trabajo.


                                                          === FIN ===